Publicado el 25-11-2020
En verano, perros y gatos también padecen las consecuencias del calor, pueden sufrir insolaciones, quemaduras solares y si aumenta su temperatura corporal incluso tener un golpe de calor.
Su pelaje les protege de la radiación solar y otros agentes externos, pero igualmente están expuestos al calor, los mosquitos, las plagas, etc.
Para garantizar el bienestar de nuestras mascotas durante los meses más calurosos del año, te damos estos consejos prácticos que ayudarán a nuestros perros y gatos a pasar el verano en mejores condiciones.
El trastorno más habitual en verano es sufrir un golpe de calor puesto que nuestras mascotas no tienen un regulador corporal de temperatura.
Debemos mantenerlos fuera de la exposición directa del sol y evitar dejarlos encerrados en lugares poco ventilados, ya que no transpiran y el aumento de la temperatura corporal puede provocar un golpe de calor.
Por este motivo, nunca debemos dejar a nuestra mascota esperando en el auto.
Es importante cuidar las zonas sin protección del pelo.
Aunque el pelaje protege a perros y gatos de las radiaciones solares, debemos mantener a nuestra mascota lejos de la radiación solar directa para evitar quemaduras en zonas sin pelo, como la trufa en el caso de los perros o la zona de los oídos en los gatos.
En verano, es muy importante cuidar la hidratación de nuestra mascota para combatir el calor. Es necesario que beba agua regularmente. Además, debemos controlar el origen del agua y evitar aguas estancadas o sucias que puedan provocar algún desorden digestivo.
Es importante mantener la higiene de nuestro perro y aprovechar estos momentos para darle baños refrescantes, que además les ayudarán a sobrellevar el calor. Además, en verano los paseos tienden a alargarse y el contacto con la naturaleza es más continuado por lo que previsiblemente nuestra mascota se ensuciará más.
El asfalto, el cemento y otras superficies pueden llegar a altas temperaturas al estar expuestas prolongadamente al sol. Un suelo de asfalto caliente puede dañar las patas de los perros.
Por ello, es importante elegir los momentos más frescos del día para pasear, por la mañana o al anochecer.
En verano es habitual llevar una dieta un poco más descontrolada debido a los cambios de horarios. Esto conlleva que puedan darse problemas intestinales con más facilidad.
Seguir una dieta controlada y planificar las comidas son medidas que pueden evitar este problema. El pienso debe continuar siendo la fuente alimentaria principal.
El verano es la época de los insectos y arácnidos. Debemos proteger a nuestras mascotas de la infestación de pulgas y garrapatas.
Las pulgas las encontraremos en las casas y las garrapatas están acechando en los matorrales para pegarse a nuestros perros y gatos.
Ya hemos comentado la importancia de la hidratación en verano, por tanto, no puede faltar el agua embotellada cuando viajemos.
En el kit de viaje de nuestras mascotas siempre debemos incluir un protector frente a parásitos externos, crema protectora para heridas, gasas y yodo.
Es muy recomendable desparasitar internamente antes y después de los viajes de vacaciones.
A la hora de emprender un viaje con nuestra mascota debemos tener en cuenta el lugar que debe ocupar en el vehículo. La normativa establece que deben permanecer en la zona posterior separados del resto del vehículo por una red o estructura.
Si lo llevamos sin separación debe permanecer en un transportín que le permita levantarse y girarse. Por último, también puede ir en el asiento de atrás atado con un cinturón de seguridad que se vende específicamente para este uso.
Los perros deben formar parte de la familia, con lo que debemos contar con ellos hasta en los viajes largos. En caso de no poder llevar nuestra mascota con nosotros disponemos de residencias muy bien equipadas para que pase esos días. Si sabemos que deberá pasar un tiempo en una residencia, es recomendable llevar al perro algún fin de semana para que la conozca y vea que la estancia en ella es temporal.